Entrevista a Elvira Mendoza

Equipo decanal de Elvira Mendoza

Fui decana de la Facultad de Psicología desde marzo de 2001 hasta junio de 2004.

Previamente había sido Vicedecana de Infraestructura durante el mandato de Paco Martos que, a su vez, tomó el relevo de Pío Tudela. Puedo decir que en esa época me picó el “gusanillo” de la gestión, y cuando Paco ocupó el cargo de Vicerrector con nuestro flamante, entonces, rector David Aguilar, tomé el relevo. Para mí fue una época bastante ilusionante y de mucho trabajo, pero mereció la pena. Por entonces se pusieron zócalos en todos los pasillos de la facultad, se remodeló la cafetería, se pusieron toldos en la claraboya central y en todas las aulas como forma de evitar la solana veraniega. Todo con el apoyo de Paco y de nuestra administradora delegada, Encarnita Atienza. Esta fue la razón principal que me llevó a optar al decanato: el “gusanillo”.

Yo fui la primera Decana de la Facultad y formamos un Equipo Decanal en el que batimos el récord de quorum femenino. Me acompañaban M. Dolores Calero, M. Teresa Bajo y José Luis Padilla, junto con Charo Cortés como Secretaria de la Facultad. Posteriormente hubo algunos cambios por la dimisión de una Vicedecana, pero seguimos predominando las mujeres.

Durante mi mandato nos enfrentamos a importantes desafíos. El que más sonaba por entonces era el de la integración en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), el famoso Plan Bolonia, que nos hizo romper muchos de nuestros esquemas previos de docencia. Infinidad de reuniones, muchas encuestas a estudiantes y empleadores, un sinfín de viajes, algún que otro rompecabezas, varias conferencias de decanos… Por cierto, una de esas conferencias se celebró en Granada, y aparte de mucho trabajo, también hicimos algún paseo turístico por Granada. Creo que supuso un cambio en la mentalidad y en el desempeño docente bastante frutíferos.

Cuando yo entré al Decanato, ya había empezado la obra de la nueva biblioteca, que inauguramos siendo yo Decana. Era necesaria, porque la que teníamos en la primera planta era totalmente insuficiente y, sobre todo en época de exámenes, no había forma de alojar a nuestros chicos y chicas, futuros psicólogos y psicólogas. Se resolvía un problema, pero nos creaba otro: la distribución del espacio de la antigua biblioteca entre los distintos departamentos. El tema del espacio, sobre todo cuando hay poco, siempre es problemático. Saltó una chispa que otra, porque, como es de cajón, en estos casos todos queremos más, pero lo hicimos lo mejor que pudimos y con los medios que teníamos. Por fin, en unas fiestas del patrón, inauguramos la flamante biblioteca.

Durante mi mandato también se pusieron en marcha los Servicios de Atención Psicológica, que eran una demanda de toda la Facultad, desde el alumnado al profesorado, pasando por el PAS. ¡Ya era hora de que en la Facultad de Psicología se prestara atención psicológica! Fueron muchos los proyectos que se desarrollaron y se siguen desarrollando y muchas las personas a las que se atendieron y se atienden.

Otra de las acciones importantes que se desarrollaron durante esa época y que a mí me dejó una gran satisfacción, fue la puesta en marcha de la Diplomatura de Logopedia. Era algo por lo que yo venía luchando desde hacía mucho tiempo y encuadraba perfectamente con mi desarrollo académico y profesional, ya que años atrás yo había sido logopeda del Hospital Clínico San Cecilio y toda mi docencia y mi investigación se habían centrado en los trastornos del lenguaje. Luchamos por ello y nos implicamos en ello. Recuerdo la cantidad de reuniones y los debates, algunos muy encendidos, para diseñar el plan de estudios y y que éste fuera fiel “al gusto” de todos los departamentos implicados. Recuerdo que, a pesar de lo calientes que fueron algunas reuniones, al final todos los representantes nos hicimos amigos, amistad que, en la actualidad, en algunos casos, continúa. Afortunadamente, con algunas revisiones posteriores y con la implantación del Grado de Logopedia se mejoró sustancialmente el plan de estudios de la titulación. Cuando se inició la Diplomatura, en octubre de 2004, yo había dejado el Decanato unos meses antes, cuando me sucedió en el cargo Miguel Moya.

Por último, una ojeada a la relación con el alumnado. Tengo que reconocer que fue el aspecto que más quebradero de cabeza me creó. Había un grupo altamente movilizado y me costó llanto, sudor y lágrimas conseguir su apoyo a mi candidatura. Creo, aunque tengo algunas dudas, que en nuestra facultad se creó la primera Delegación de Estudiantes de la Universidad de Granada y tenía su sede en un espacio que habilitamos frente a la fotocopiadora. En definitiva, la voz de nuestros y nuestras estudiantes se oía cada vez más fuerte. Participamos en trabajo de campo, en la medida que nuestros recursos lo permitían, de forma muy activa cuando la crisis del chapapote en Galicia y se oyeron nuestros gritos del NO A LA GUERRA, que entonces era la del Golfo.

A grandes rasgos, son mis recuerdos y el resumen de mi gestión en esos años, que no hubiera sido posible sin la participación de eses gran Equipo Decanal que teníamos.

Con respecto al Rectorado, mantuvimos siempre buena y cordial relación. Con el Vicerrectorado de Infraestructura, por la nueva biblioteca y la distribución de espacios de la antigua y por algunas reformas puntuales que se vinieron haciendo, con Ordenación Académica por la puesta en marcha de los nuevos estudios de Logopedia, con Investigación, con Estudiantes y con el propio Rector, que fue siempre apoyo y buen amigo y con el Gabinete de Acción social para poner en marcha los diferentes proyectos de atención psicológica para el personal y alumnos de la UGR.

Este es un resumen de mi gestión durante aquellos años, aunque algunas cosas se queden en el tintero. Repito una vez más que todo fue posible gracias al resto de los miembros del equipo, que desde entonces se generó una buena amistad. Lo celebrábamos casi todo, lo pasábamos bien, cenábamos juntos muchas veces, aunque nunca a cargo del presupuesto de la facultad.

Si nos vamos a otras instituciones distintas a la propia Universidad, los convenios para las prácticas siempre exigen salir de tu zona de confort. Fueron muchas los centros que participaron y en aquella época fueron más directas con las prácticas de Logopedia, porque con el de Psicología ya estaba todo más establecido. Tengo que reconocer que contaba a mi favor el conocer al personal de muchos centros y siempre nos encontramos con muy buena disponibilidad.

Pero si tengo que recordar alguna relación institucional especial, sin lugar a duda fue con el Colegio de Psicólogos de Andalucía Oriental, presidido entonces por Mariano Vera. Recuerdo que antes facultad y colegio nos veíamos un poco como competidores, no compartíamos casi nada y éramos como organismos enfrentados. Un día, al inicio de mi mandato, llamé a su decano y mantuvimos una reunión inicial en el decanato. El objetivo central de esta reunión era el de estudiar temas de colaboración y de acción conjunta de ambas instituciones. De ahí nació el premio de investigación Juan Huarte de San Juan para el mejor trabajo de investigación de estudiantes de Psicología. El premio se mantuvo durante muchos años, aunque desconozco si en la actualidad continúa. Desde entonces, el Decano del COP ha participado en los actos de la facultad, se han organizado actividades conjuntas, han asistido a los actos de graduación y, de esta forma, el Colegio empezó a ocupar un trocito de nuestra labor. Un testimonio visible de esta colaboración lo tenemos en la placa que la facultad tiene en la entrada principal entre las puertas de los dos ascensores.

Y ya voy terminando, porque me da un poco de vergüenza tirarme tantas flores, no sin antes referirme a los/las chicos/as que estudian Psicología o Logopedia. Existe un cierto abismo entre la gente que estudiaba entonces y el alumnado actual. Lo veo con más madurez, a lo que ha contribuido el cambio docente que supuso el EEES y la propia evolución generacional. ¡¡¡Ojalá que cuando terminen su carrera tengan las mismas, si no más, posibilidades de empleo que sus colegas de hace 20 años!!!!! Es mi mayor deseo y espero que se cumpla. Si no, evidentemente, no es por su formación, sino por la complejidad actual del mercado laboral.

Hay que reconocer también que en este momento cuentan con más medios, sobre todo tecnológicos, que nuestro alumnado de entonces. En aquella época la simple aparición del Power Point supuso un avance sustancial, aunque nunca ha llegado a ser un sustituto del profesorado. Simplemente, fue un avance y un facilitador. En la actualidad los medios tecnológicos son casi impensables para la mentalidad de entonces, aunque ni ahora ni nunca van a suponer un sustituto de la docencia activa. Me acuerdo de la película de tiempos modernos, y del miedo a las máquinas de entonces. ¿nos van a quitar el trabajo!, se decía, y aquí coexistimos los humanos y las máquinas con la mejor armonía posible. Algo así se puede pensar de la Inteligencia Artificial, aunque el contacto y la relación humana está por encima de lo que estos instrumentos y los que estén por venir nos puedan aportar.

Y es todo lo que puedo decir. Ánimo a nuestros futuros decanos y decanas. El trabajo y la buena armonía mueve montañas. Besos y feliz fiesta del patrón.