Entrevista a Miguel Moya

Equipo decanal de Miguel Moya


1.¿Qué te llevó a presentarte a las elecciones a Decano/a?

Varios compañeros y compañeras me animaron a hacerlo. Yo ya había estado 7 años de Vicedecano, con Pío Tudela y con Paco Martos como Decanos, y tenía cierta idea del funcionamiento de la Facultad.

Pero, sobre todo, lo que me animó a presentarme fue querer trabajar por el bien de la Facultad. Venían importantes cambios y me pareció que era importante que la Facultad los acometiera de la mejor manera posible y si yo podía ayudar, pues estaba dispuesto a hacerlo.



2.¿Cuáles dirían que fueron los principales desafíos de tu mandato?

Dirían que fueron dos:

  1. El cambio en el plan de estudios. Durante todo mi mandato se fraguó el cambio de la licenciatura al grado, y la reducción de 5 a 4 años. En las conferencias de decanos/as de Psicología se trabajó intensamente para que hubiera una propuesta consensuada a nivel nacional, sobre los contenidos básicos de la titulación, la magnitud de las prácticas, etc… Todo esto llevaba aparejado la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (a los ECTS), que implicaba un cambio en la forma de concebir la enseñanza universitaria. Durante mi mandato participamos en experiencias piloto para irnos adaptando a dicho espacio.
  2. El problema del espacio. Durante todo mi periodo una de las continuas reivindicaciones ante el rectorado fue sobre los problemas de espacio que teníamos, sobre todo para la investigación. Hay que recordar que entonces todos los laboratorios, si es que podemos llamarlos así, estaban en el edificio de la facultad. Afortunadamente, gracias a Paco Martos, que entonces era Vicerrector y a David Aguilar, quien era rector, se consiguió financiación para realizar el edificio del CIMCYC. Durante mi periodo en el decanato, de manera conjunta con los departamentos, fuimos haciendo una propuesta sobre el edificio que queríamos, tipo de laboratorios, etc…, trabajando juntamente con un estudio de arquitectura. Todo ese trabajo cristalizó en una propuesta para la que el Rector consiguió financiación antes de finalizar 2007.

 

3.¿Qué aspectos centraron las relaciones de la Facultad con el Rectorado?

Como he dicho en el anterior punto, un aspecto muy importante fue la elaboración del proyecto del CIMCYC, y la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior. Ambas cuestiones requirieron de una estrecha colaboración con el rectorado.



4.¿Con qué aspecto positivo te quedas de aquellos años?

Lo que mejor recuerdo es la colaboración con los miembros del equipo decanal: Paqui Expósito, Sergio Moreno, Juan Lupiañez, Elena Miró y Paqui Padilla.   Éramos un equipo pequeño y teníamos mucho trabajo, pero eso también nos hacía estar muy cohesionados. También estoy muy satisfecho de que consiguiéramos poner en marcha el CIMCYC.


5.¿Crees que hay diferencias entre los/las estudiantes que encontraste durante tu mandato y las personas que estudian hoy en nuestra Facultad?

No quiero caer en “que todo tiempo pasado fue mejor”, pero si echo de menos una mayor participación de los estudiantes en la vida de la Facultad. Su participación era muy activa, en todos los ámbitos, no solo en lo relativo a la docencia. De los mejores recuerdos que tengo es de las actividades que organizaban en las fiestas del patrón, en las que otorgaban “premios” a los profesores y profesoras, o hacían parodias sobre nosotros, o sobre la enseñanza.

También añoro las excursiones que hacíamos, varias veces al año, organizadas por Alberto Morales, y a las que asistían profesores/as y estudiantes. Las cenas con motivos del patrón, barras con música y sin ella, etc…



6.¿Qué consejos darías a un/a futuro Decano/a?

No me atrevería a darle consejos. Cada persona tiene su forma de ver la vida universitaria, su concepción de la Psicología, etc., y por tanto su forma de concebir el decanato puede variar. Además, el decano o decana tampoco pueden hacer mucho si la Facultad en su conjunto no colabora, o no comparte sus visiones.

Creo que la Facultad se ha ido convirtiendo cada vez más en un lugar de trabajo, y hemos mejorado mucho en las condiciones de trabajo (e.g., despachos), pero ha perdido bastante de esa identidad común que teníamos al principio, esa conciencia de estar construyendo algo nuevo e importante, de lo que nos sentíamos orgullosos.